domingo, 7 de febrero de 2010

Emigrantes...

Mi abuela fue emigrante...
Las cosas estaban muy mal por aquí, a principios de siglo.
Por eso, mi bisabuelo Domingo, decidió que lo mejor era poner tierra por medio e irse a algún lugar, en donde, al menos, hubiese trabajo.
Así que cruzó la frontera por Somport, y se plantó en Oloron con toda la familia.
Mi abuela recordaba la penosa travesía de los Pirineos en un carro, guiado por un arriero apodado "Chafacarros"...
Por algo sería...
¡Ni el mismo Aníbal, cruzando los Alpes, debió de pasarlo tan mal...!
LLovía sin cesar, las tormentas se sucedían unas a otras, y el carretero no dejaba de maldecir a todo lo divino y lo humano...
Fue un alivio llegar a Oloron y poder dormir en una cama decente...
Dieciséis años tenía mi abuela, cuando entró a trabajar en una fábrica de alpargatas, zapatillas y calzado para la clase trabajadora.
Los sábados, decía, "...entregaba una monedita y me daban una dobleta de oro..."
Allí, tuvo un medio novio, y, de haber prosperado la cosa, hoy seríamos conciudadanos de Mr. Sarcozy...
Algo debió de pasar en Francia por aquellos tiempos, el caso es que retornaron y se establecieron en Valencia, donde conoció a mi abuelo Enrique, con quien compartiría más de cincuenta años de matrimonio....

No hay comentarios:

Publicar un comentario