sábado, 1 de mayo de 2010

...oscuras golondrinas...

Sí, solía ser a primeros de mayo, cuando retornaban golondrinas y vencejos, venidos de tierras cálidas...
De pronto, una mañana, al salir a la terraza, las oía piar, mientras cruzaban el cielo tan raudas que parecía imposible...
Yo, sentía una íntima emoción, una alegría interior, motivada acaso porque el invierno se había ido por fin, y eran de promesa de un tiempo de luz, de una época, que sí, que pasaría como pasa todo, pero que se podía disfrutar mientras tanto, despreocupadamente...
-Ya han llegado los "falcinos", decía mi abuelo, mientras las contemplaba...
Luego, gracias al Bachiller, que nos hacía algo pedantones, supe el por qué de "falcinos"...
Y recitaba en silencio los primeros versos del poema de Gustavo Adolfo Bécquer...

No hay comentarios:

Publicar un comentario